04 Feb Las plantas también se enferman
Todo lo que nace de la tierra es producto del milagro de la creación y, por lo tanto, es un ser vivo que respira, crece, se reproduce y se enferma, por lo que es solo pensar con sentido común para entender que las plantas también se enferman.
Existen múltiples formas de que un organismo vegetal exprese su mal estado de salud. Si bien no pueden hablar como los seres humanos, el color de su follaje, la fortaleza de su tallo y hasta la calidad de sus frutos o flores, sin la forma de indicar si el crecimiento ha sido bueno o existe algo por vigilar.
Teniendo en cuenta alguno factores, lo más sensato es realizar un seguimiento muy riguroso a tu jardín para ir conociendo las fases de crecimiento de tus plantas y, de la misma forma, encender las alarmas cuando sea necesario.
En una maceta pueden estar presentes hongos y bacterias, que se multiplican usando canales insospechados como el tipo de abono o porque en la zona el ambiente está contaminado. Allí es bueno mirar con mas detalles para identificar el tipo de padecimiento que esta sufriendo.
Hongos y bacterias
Los hongos y las bacterias son las condiciones de mala salud que saltan a la vista de cualquier persona. En cualquiera de los casos, lo más indicado es entender la diferencia entre ambos para saber que producto químico se debe utilizar en el caso.
Por lo general comienzan a atacar las hojas, provocando un deterioro y decoloración producto de la acción nociva de la enfermedad. Luego de aplicar el bactericida, se recomienda hacer una pequeña poda de control, quitando las hojas infectadas y permitiendo que la misma planta libere las sustancias malas que le permitan seguir viviendo.
Luego de hacer esta maniobra, si el daño es mayor, es recomendable hacer un trasplante, de la maceta a la tierra nueva, para que la misma naturaleza se encargue de brindarle las vitaminas necesarias a este ser vivo.
Fallos genéticos
Muchas especies de plantas que conocemos ya vienen con condiciones genéticas preexistentes a desencadenar ciertos tipos de enfermedades que forman parte de su ciclo vital. Por ello, la mejor recomendación es estudiar un poco cada especie y entender sus ciclos de vida.
Sin saberlo, el estrés hídrico, por ejemplo puede favorecer a que ese exceso de agua durante el riego sea una incubadora de hongos y bacterias que despertarán la peor cara de cualquier anomalía en las plantas. Por ello, también se recomienda manejar con cuidado la cantidad de agua con la que riega porque no todas necesitan estar siempre húmedas para mostrar su esplendor.
Una de los pastos más hermosos que crece en la naturaleza, en algunos momentos, puede ser más bien una plaga invasora que creció en tu jardín, y se consume los nutrientes de tus otras plantas. Por ello, el cuidado debe ser permanente porque si un especie es susceptible será muy sencillo perderla.
También la vigilancia del crecimiento, la falta de sol o exceso del mismo, puede afectar a tu pequeño jardín de ventanas y terrazas.
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